domingo, 18 de abril de 2010

BAFICI 2010

“La película se ha ido metiendo en el gusto del público y de los jurados porque se trata de una historia universal y porque la manera de filmarla, con pocos recursos y mucha imaginación y creatividad, ha atrapado miradas” Pedro González Rubio

Tardes enteras, días completos transcurridos en el cine. Jornadas de tres, cuatro, cinco y hasta seis películas. Como a unas dos terceras partes las vi en el Abasto me acostumbré al medio litro de café del día de Starbucks, al yogur descremado Dahi y al cuarto de helado de Freddo: chocolate con almendras. La base de una alimentación insana y divertida que espero repetir en el BAFICI 2011.

Noté mayor afluencia de público no cinéfilo. Menos peinados raros y vestidos modernos. La misma cantidad de estudiantes de cine pero un poco más terrestres. Las siempre graciosas preguntas torpes y repetidas de los debates. La fingida amabilidad de los organizadores cada vez que entregaba la entrada incorrecta para que me la cortaran. Menos adultos o tal vez más adultos mimetizados con adolescentes. Menos histeria y más camaradería.

Por fin, Alamar ganó el premio a la mejor película de la edición 2010 del BAFICI. Un guión sin ostentaciones, un relato visual impecable. El viaje hacia el arrecife de coral que refuerza las relaciones entre padre e hijo. Van hacia la tierra de la madre.
El camino está lleno de rastros, de huellas, de pequeños detalles que van marcando este punto de inflexión en la vida del pequeño Natan.
Pienso en los pececitos de aletas rosadas y sus movimientos finales sobre el barco. Pienso en las aves omnipresentes atravesando el cielo. Pienso en esos cuerpos indígenas plenos de sol y belleza. Dan muchas ganas de aprender a bucear. Tan íntima que da pudor.

Lo que más quiero me pareció una película correcta pero me quedé con la sensación de que daba para más. Salí del cine con la impotencia de haberme perdido una parte. Quizás no era mi día iluminado y me haga falta una segunda lectura. Ya la veré cuando la den en el MALBA o algún otro espacio alternativo. La historia es rica pero fallo como espectadora cuando tengo que empatizar con personajes femeninos. Y acá no pasa por otro lado, o uno se prende como chico al barrilete al duro recorte de la vida de esas dos mujeres que el guión propone o no hay nada por hacer. De igual modo, celebro el premio a las actuaciones porque son impecables.

Police Adjective mereció mejor suerte. La vi fuera del contexto del festival y morí por ese guión. El que persigue pasa a ser el perseguido y las diferentes interpretaciones o lecturas de un tema hacen que lo que para unos es un delito para otros no lo sea, eso robustece la trama. ¿Cuál es la implicancia de ofrecer hachís? ¿Es delito? Ofrecer no es instigar, no es presionar. Ofrecer no implica el aceptar. Porumboiu pudo sobreponerse al síndrome de una ópera prima exitosa como había sido Bucarest 12 08. Ya es mucho decir. De los jóvenes realizadores más interesantes que he visto en los últimos tiempos.

La Pivellina es una película entrañable. Una niña abandonada en un campamento de circo de la Italia pobre debe convivir por unas semanas con un grupo de artistas que la adoptan, la consienten y llegan a amarla. La vi en una de las proyecciones en las que estuvo presente su directora: Tizza Covi, ella le adjudicaba rasgos de cine documental y de cine de ficción. Es así, la película es notable pero presenta trazas casi naturalistas que la desvanecen de a ratos. No obstante carece de golpes bajos y acierta con el final, anunciado pero coherente. La inminencia de esa madre que va a venir a buscarla.

Mary & Max es otra película que vi fuera del festival. Adoro la animación y había visto poco de Adam Elliot. Lo pongo en mi lista de hombres perseguibles. Las cartas acompañadas con chocolates siempre fueron mis favoritas y, para los que nacimos cuando todavía se escribían cartas en papel, los relatos de los pen pals nos son familiares. Recuerdo que incluso formé parte de un grupo que se jactaba de que un papel y una pluma bajo el sol bastaban para convocar a la felicidad. La correspondencia entre Mary y Max es compleja, hasta por momentos dura. In fact, la niña australiana y el judío-americano tienen vidas que merecen el descanso de la letra.

El ambulante es uno de esos filmes con los que uno sale de la sala con el ferviente deseo de hacer cine. Como contó Yurkovich tras la proyección, ellos se topan con este realizador artesanal gracias al grupo Cine con Vecinos de Saladillo. Pasa el tiempo y, cuando aparecen unos créditos blandos para documentalistas, deciden retomar el contacto. Es cine dentro del cine pero no es uno de esos metarelatos para especialistas sino la más sencilla de las historias: la de un hombre que va de pueblo en pueblo haciendo cine con una Panasonic 9000. Es paradójico, si uno tuviera que hacerlo sin los viejos equipos con los que él cuenta hasta saldría más caro que filmar con una HD. ¿Qué filma? Un único guión con algunas variaciones protagonizados por la gente del pueblo que transita. De lo cómico a lo patético en segundos pero siempre instalando el deseo de producir.

Morrer como un homem de João Pedro Rodriguez fue premiada en la sección Cine del Futuro pero a mí me sacudió más allá de eso. Quedé atrapada por una drag queen presionada por su novio para cambiar de sexo y el conflicto religioso que produce la inexorable homosexualidad a la que la catapultaría esa intervención. No es un relato ético. Pero quizás estamos tan acostumbrados a la cultura open mind que tenemos la concepción errónea de que el problema que plantea la identidad sexual es sólo psicológico. En ese encuadre, considerar la exclusión de nuestro destino como criaturas de la divinidad ya es una audacia.

Como rescate personalísimo del festival mencionaré:

a) Jay Rosenblatt, cortos en los que aborda temas como el suicidio, la muerte de un hermano, el dolor, la angustia persistente, la depresión. Lo hace con una honestidad, un compromiso y hasta una bien entendida crueldad pocas veces vista.
b) To Walk Beside You, de Yuya Ishii, otro Tokio, diferente al que siempre imaginamos. La relación entre un adolescente hijo de padres suicidas y su maestra de inglés que deciden huir para que el muchacho pueda cumplir sus sueños. Una cálida comedia de enredos, casi naif que nos hizo salir a todos felices de la sala. Como dato anecdótico, el fin de una etapa, la desaparición de un lugar se sella arrojando los celulares a un río como si fuera el único modo de contacto o de lazo con los otros.
c) Like You Know It All, de Hong Sang-Soo, así como nombré alguna pequeña película que sostenía y promovía el sueño de las pequeñas películas, ésta es una gran película acerca del eterno tema del encuentro y el desencuentro humano. Formidable, pareja, sólida. Protagonista cineasta, ergo protagonista hombre si consideramos el cine con una de una de nuestras más caras invenciones humanas.
d) Meat, de Nieuwenhuijs, adoro escribir esto. Lejos, la peor película que vi. Una carniciería digna de Carne de Armando Bo donde hay un carnicero adicto al sexo, una jovencita voyeur, muchachos que se ponen máscaras para someter a las chicas, novios que usan la asfixia como método para proporcionar placer, activistas en contra de la matanza de animales, cámaras frigoríficas repletas de vacas muertas y dos hombres parecidos: cadáver y detective. Aquelarre.

Será hasta la próxima edición.

sábado, 10 de abril de 2010

BREVIARIO - BAFICI 2010


Hay películas que ya tienen asegurada su distribución en la Argentina. Mi plan es no desvelar por ellas. Éstas son:

Police, Adjective, de Corneliu Porumboiu
The White Ribbon, de Michael Haneke
Hadewijch, de Bruno Dumont
Visage, de Tsai Ming-Liang
Yuki y Nina, de Hippolyte Girardot y Nobuhiro Suwa
Vincere, de Marco Bellocchio
Lourdes, de Jessica Hausner

Siguiendo con la lista de las que se puede prescindir en el vendaval de piernas, celulares y entradas, agregaremos a:

Mary & Max, de Adam Elliot, está circulando una invitación de un cineclub muy conocido.
Ajami , de Scandar Copti y Yaron Shani, compitió por el Oscar, ergo se estrena seguro.

¿Mis recomendaciones?

Para melómanos:

Roskilde, Wivel
Adoro los mega festivales de rock en Europa. Ulrik Wivel registró las últimas ocho ediciones del festival y su cámara grabó a: Franz Ferdinand, The Streets, Placebo, Sonic Youth y más. Además, está el despliegue de adrenalina y sudor de los grandes recitales y la fiesta interminable a la que nos invita la música.

Para cinéfilos de raza:

Sweetgrass, Ilisa Barbash y Lucien Castaing-
Ilisa Barbash y Lucien Castaing, un matrimonio de realizadores nos cuentan la historia de dos cowboys vagando por Montana. Western, paisaje, imágenes, vínculo. Otra perspectiva del género que no deja de ser leal a sus orígenes.

Para amantes del stop motion:

In the Attic...
, de Jiri Barta
Prohibida para los que nunca soñaron con una lucha de muñecos. Se da en el marco del BAFICITO pero no piden documentos para ingresar a la sala.

Para los osados de siempre:

Exhausted, de Kim Gok
Que nadie pase por el BAFICI sin ver al menos una película de la sección Cine del Futuro. Algo bestial, muy sadomasoquista, hiper freak, granulada por el Super 8. Bella.

Will be continued...

Gilda (Vidor)


Creo que para mí una danza de Rita Hayworth significa, expresa la alegría de tener un cuerpo. Expresa el triunfo de la vida sobre la muerte, el triunfo de la sexualidad vivida sin culpa, vivida con toda la alegría que el mundo ha ido olvidando a través de siglos de represión. Manuel Puig

Banfield, teatro Ensamble. Lugar amigable donde los miércoles se puede ver cine gratis en un espacio con pisos de madera y mesitas con velas.
Gilda, película de 1946, dirigida por Charles Vidor y protagonizada por Rita Hayworth y Glenn Ford narra la llegada a Buenos Aires de Johnny Farrell, un jugador empedernido quien, tras ganar una apuesta, es sorprendido por un ladrón en la zona del puerto. Lo rescata un hombre del que desconoce la identidad pero con el que volverá a toparse muy pronto porque es el dueño de un casino al que Farrell asiste por su compulsión al juego.

En este segundo encuentro, Farrell le propone a Ballin Mundson que, en lugar de despedirlo por hacer trampa, lo contrate para trabajar en el lugar. La Buenos Aires que presentan, reconstruida desde los estudios de Hollywood es muy singular, transcurría la Segunda Guerra Mundial, el plató desbordaba de veredas y entradas a casonas como las que sólo quedan en la Recoleta. Un casino ostentoso, un vestuario fantástico.

De a poco Farrell va mejorando su posición dentro del lugar y la relación entre los hombres se va consolidando. En una de sus charlas hablan de la incompatibilidad de las mujeres y el juego. Pero, vaya paradoja, Mundson hace un viaje y deja de encargado a Farrell, de regreso le presenta a su nueva esposa: Gilda. A los espectadores y al mismo Mundson nos lleva poco descubrir que Gilda y Farrell se conocen y que, el desprecio de Farrell por las mujeres, se debe a la seducción constante que desata Gilda mientras que el casamiento veloz de Gilda es la respuesta al despecho sufrido por el abandono de Farrell.

La situación se complica cuando Mundson, acosado por problemas derivados de negocios poco claros le pide a Farrell que se encargue de su esposa. De ahí en más la actividad principal de Farrell es arrancar a Gilda de los brazos de otros hombres. En un principio Farrell lo hace por lealtad a su jefe aunque Gilda piense que lo está haciendo por ella.

En una noche de carnaval, la tensión odio-amor que late entre los protagonistas hace que se besen en la habitación de Gilda donde son descubiertos por Mundson que huye en un avión que se hunde en la mitad del mar.

Ahí arranca la segunda parte de la historia. Farrell para vengarse de Gilda, se casa con ella pero la confina al encierro, la soledad y la persecución. En tanto, como único encargado, Farrell toma el mando de los trabajos sucios de su patrón y empieza a ser objeto de la vigilancia de la policía.

Bastan dos escenas memorables: la cachetada de Glenn Ford y una suerte de strip tease en el que Gilda se saca apenas un guante, vestida de pies a cabeza con un strapless de satén negro mientras canta Put the Blame On Mame para que la película entre en la historia del cine.

¿Guión pueril? Quizás ¿Historia previsible? ¿Qué tendría de malo?
Escuché comentarios increíbles durante la proyección. Mujeres que decían: Pero no tenía tetas o No tenía culo. Y ella ahí, implacable, desafiándolas a todas aunque el blanco y negro no mostrara el delirio de su cabellera roja. Inolvidable, feliz, bailando ad infinitum.

Como siempre dijo Rita Hayworth: "Mi desgracia es que los hombres se acuestan con Gilda y se levantan conmigo"

Cuando Glenn Ford recibió el premio Donosti del Festival de San Sebastián en 1987 eligió que de todas sus películas se proyectara Gilda para el homenaje. No podía contener las lágrimas cada vez que Rita aparecía en la pantalla.

¿Curiosidades? A raíz de es esta película se colocó la imagen de Hayworth en la bomba atómica de pruebas que Estados Unidos arrojó sobre las Islas Bikini. Esto enojó mucho a la actriz que era pacifista. Además, se enterró una copia de la cinta en la Cordillera de los Andes por si acababa el mundo. Así que, si alguno sobrevive, ya sabe dónde encontrar cine.

martes, 6 de abril de 2010

Cómo entrenar a tu dragón (Dean Deblois y Chris Sanders )


Un adolescente vikingo llamado Hiccup vive en una pequeña aldea en la isla de Berk situada sobre el Meridiano de la Tristeza. Allí su padre, Estoico (nombre que reconoce una fuerte ascendencia griega) es quien ostenta el galardón de ser el vikingo que más dragones mató.

Hiccup se queja de que en su aldea los dragones son como los mosquitos en otras ciudades y de que el trabajo perpetuo de su raza puede estar destinado a combatirlos. En ese contexto se siente perdido porque, pese a que lo intenta, no encuentra dentro suyo dotes que lo hagan sentirse un vikingo.

Una noche por descuido del soldado a cargo, se coloca frente al arma que usan para dispararle a los dragones: una especie de ballesta que lanza una red que los atrapa en vuelo y cree ver en la mitad de la noche que capturó a un Furia Tormentosa, la especie más temida por su raza hasta ese momento. La aventura del disparo desencadena una pequeña catástrofe en la aldea que aumenta la incertidumbre del padre que empieza a preguntarse por el destino de su hijo en la aldea.

Por fin, antes de emprender un viaje, toma la decisión de dejarlo en el curso de entrenamiento para vikingos: entre sus compañeros de clase están el gordito sabelotodo, la chica linda y el muchacho valiente. El aprendizaje es pura praxis, les sueltan un dragón dentro de una especie de pequeño circo con el techo enrejado y se van proveyendo de las armas y lo que creen necesario para el combate.

De regreso de la primera clase, decepcionado por la experiencia marcha hacia un bosque a entrenarse en soledad. Allí, en un claro entre los árboles, descubre al Furia Tormentosa al que le disparó envuelto todavía en sus cuerdas. Piensa que la mejor alternativa es sacarle el corazón y llevárselo a su padre pero cuando mira los ojos del dragón se conmueve y decide no matarlo.

Lo que sigue es el trabajo de aprendizaje de Hiccup con su dragón mascota. Empieza a descubrir sus hábitos alimentarios, de comportamiento y hasta le enseña a volar utilizando un ala de madera que compensa el problema de equilibrio que tenía el dragón al momento de encontrarlo. Esto redunda en beneficios en sus clases aunque genera las sospechas de algunos de sus compañeros. Su secreta habilidad para domesticar dragones no es la estrategia esperable para combatirlos.

Astrid, la chica linda, comienza a seguirlo y descubre a su protegido. Hiccup se ve obligado a interceder entre ambos y a presentarla como a una amiga. Astrid se muestra temerosa porque en el Libro de los Dragones figuran las estrategias para combatir a todos los dragones excepto a esta especie. Es más, el único consejo para quien se encontrara ante un Furia Tormentosa era huir.

Astrid e Hiccup inician un vuelo sobre la aldea que comienza siendo maravilloso pero en el que, poco a poco, pierden el control de la situación y son dirigidos por el dragón en una dirección desconocida. De a poco se van reuniendo con hordas de dragones que llevan a sus presas entre sus garras. Se dirigen hacia una cueva muy oscura donde los dragones parecen arrojar sus ofrendas al vacío. A los pocos segundos una figura tremenda aparece, un amo de dragones. Una figura gigantesca y tenebrosa que los hace trabajar para saciar su apetito.

Cuando vuelven lo espera una prueba a Hiccup , al ser el mejor calificado del curso tiene el honor de enfrentarse a un dragón al que deberá matar para ser proclamado vikingo. Su padre regresa justo para el evento y se siente emocionado de que su hijo, en quien había depositado tan pocas expectativas, le diera esa sorpresa. Hiccup , como era de esperar, no puede matar al dragón y e su dragón protegido quien viene a salvarlo.

Su padre lo defiende pero lo expulsa de su casa y, en la conversación que mantienen queda al descubierto su relación con la mascota y su conocimiento del nido de los dragones, sitio secreto que, por cientos de años, los vikingos quisieron encontrar.

La mascota de Hiccup es tomada como guía en el derrotero. Hiccup , con la ayuda de Astrid y sus compañeros de entrenamiento irán en rescate del contingente de vikingos pero al final no se los cuento.

Es una aventura épica. Tiene todo para serlo: el rito de iniciación, las runas escritas en el Libro de los Dragones. Tiene la virtud de mezclar esos elementos con realidades un poco más contemporáneas (o quizá eternas) como qué espacio tenemos en la sociedad los que no nacimos con las habilidades que la sociedad a la que pertenecemos parece demandar.

Hiper veloz, dura apenas unos 97 minutos. Es de Dean Deblois y Chris Sanders que son también los autores del guión adaptado sobre una novela de Cressida Cowell. Los dibujos son magníficos y acá nos topamos con las primeras generaciones de virtuosos que trabajan en computadora. Es para ver en el cine. Los espejos de agua y los vuelos hacen acordar a un Miyazaki que sigue haciendo los dibujos a mano pero que puede tardar unos tres años en producir una película.