martes, 6 de abril de 2010

Cómo entrenar a tu dragón (Dean Deblois y Chris Sanders )


Un adolescente vikingo llamado Hiccup vive en una pequeña aldea en la isla de Berk situada sobre el Meridiano de la Tristeza. Allí su padre, Estoico (nombre que reconoce una fuerte ascendencia griega) es quien ostenta el galardón de ser el vikingo que más dragones mató.

Hiccup se queja de que en su aldea los dragones son como los mosquitos en otras ciudades y de que el trabajo perpetuo de su raza puede estar destinado a combatirlos. En ese contexto se siente perdido porque, pese a que lo intenta, no encuentra dentro suyo dotes que lo hagan sentirse un vikingo.

Una noche por descuido del soldado a cargo, se coloca frente al arma que usan para dispararle a los dragones: una especie de ballesta que lanza una red que los atrapa en vuelo y cree ver en la mitad de la noche que capturó a un Furia Tormentosa, la especie más temida por su raza hasta ese momento. La aventura del disparo desencadena una pequeña catástrofe en la aldea que aumenta la incertidumbre del padre que empieza a preguntarse por el destino de su hijo en la aldea.

Por fin, antes de emprender un viaje, toma la decisión de dejarlo en el curso de entrenamiento para vikingos: entre sus compañeros de clase están el gordito sabelotodo, la chica linda y el muchacho valiente. El aprendizaje es pura praxis, les sueltan un dragón dentro de una especie de pequeño circo con el techo enrejado y se van proveyendo de las armas y lo que creen necesario para el combate.

De regreso de la primera clase, decepcionado por la experiencia marcha hacia un bosque a entrenarse en soledad. Allí, en un claro entre los árboles, descubre al Furia Tormentosa al que le disparó envuelto todavía en sus cuerdas. Piensa que la mejor alternativa es sacarle el corazón y llevárselo a su padre pero cuando mira los ojos del dragón se conmueve y decide no matarlo.

Lo que sigue es el trabajo de aprendizaje de Hiccup con su dragón mascota. Empieza a descubrir sus hábitos alimentarios, de comportamiento y hasta le enseña a volar utilizando un ala de madera que compensa el problema de equilibrio que tenía el dragón al momento de encontrarlo. Esto redunda en beneficios en sus clases aunque genera las sospechas de algunos de sus compañeros. Su secreta habilidad para domesticar dragones no es la estrategia esperable para combatirlos.

Astrid, la chica linda, comienza a seguirlo y descubre a su protegido. Hiccup se ve obligado a interceder entre ambos y a presentarla como a una amiga. Astrid se muestra temerosa porque en el Libro de los Dragones figuran las estrategias para combatir a todos los dragones excepto a esta especie. Es más, el único consejo para quien se encontrara ante un Furia Tormentosa era huir.

Astrid e Hiccup inician un vuelo sobre la aldea que comienza siendo maravilloso pero en el que, poco a poco, pierden el control de la situación y son dirigidos por el dragón en una dirección desconocida. De a poco se van reuniendo con hordas de dragones que llevan a sus presas entre sus garras. Se dirigen hacia una cueva muy oscura donde los dragones parecen arrojar sus ofrendas al vacío. A los pocos segundos una figura tremenda aparece, un amo de dragones. Una figura gigantesca y tenebrosa que los hace trabajar para saciar su apetito.

Cuando vuelven lo espera una prueba a Hiccup , al ser el mejor calificado del curso tiene el honor de enfrentarse a un dragón al que deberá matar para ser proclamado vikingo. Su padre regresa justo para el evento y se siente emocionado de que su hijo, en quien había depositado tan pocas expectativas, le diera esa sorpresa. Hiccup , como era de esperar, no puede matar al dragón y e su dragón protegido quien viene a salvarlo.

Su padre lo defiende pero lo expulsa de su casa y, en la conversación que mantienen queda al descubierto su relación con la mascota y su conocimiento del nido de los dragones, sitio secreto que, por cientos de años, los vikingos quisieron encontrar.

La mascota de Hiccup es tomada como guía en el derrotero. Hiccup , con la ayuda de Astrid y sus compañeros de entrenamiento irán en rescate del contingente de vikingos pero al final no se los cuento.

Es una aventura épica. Tiene todo para serlo: el rito de iniciación, las runas escritas en el Libro de los Dragones. Tiene la virtud de mezclar esos elementos con realidades un poco más contemporáneas (o quizá eternas) como qué espacio tenemos en la sociedad los que no nacimos con las habilidades que la sociedad a la que pertenecemos parece demandar.

Hiper veloz, dura apenas unos 97 minutos. Es de Dean Deblois y Chris Sanders que son también los autores del guión adaptado sobre una novela de Cressida Cowell. Los dibujos son magníficos y acá nos topamos con las primeras generaciones de virtuosos que trabajan en computadora. Es para ver en el cine. Los espejos de agua y los vuelos hacen acordar a un Miyazaki que sigue haciendo los dibujos a mano pero que puede tardar unos tres años en producir una película.

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