martes, 18 de mayo de 2010

Un profeta (Audiard)

Me interesa la prisión como metáfora de la sociedad. Lo que pasa dentro y fuera de sus muros es lo que le ocurre a cualquiera. Audiard


Así como el padre debes ser. Freud


Así como el padre no te es lícito ser, esto es, no puedes hacer todo lo que él hace, muchas cosas le están reservadas. Freud otra vez.


Malik El Djebena es condenado a una pena de seis años. Llega a la cárcel con un euro doblado en el zapato como única pertenencia. No sabe leer ni escribir. Tiene 19 años.

Para su desgracia, en su primera entrada al baño de la cárcel se topa con una propuesta de un homosexual que rechaza a golpes. El homosexual, Reyeb, es un soplón del que la mafia corsa intenta deshacerse. Al tomar conocimiento de la atracción del soplón por el adolescente , éste es obligado a incorporarse al clan y cumplir con su primer trabajo: matarlo con una gillette en la boca para no dejar señales. La iniciación, a través del asesinato, lo lleva a contar con la protección del personaje más influyente del presidio.

Hasta aquí el relato es un relato convencional. Está descripta la rutina y la mecánica interna de la vida carcelaria y el ensamble del muchacho es una consecuencia natural.

Sin embargo, para él ese asesinato tendrá connotaciones iniciáticas, culposas y redentoras.

¿Por qué iniciáticas? Porque antes de morir la víctima le pregunta si estudió y Malik decide empezar la escuela dentro de la cárcel. Y después de su muerte, el personaje se le presentará en sueños en cada instancia trascendente de la vida de Malik. Sé que es considerado un punto endeble de la trama pero, a mi entender, mueve el guión de la acritud, lo humaniza.

Cuando Malik consigue el beneficio de las salidas laborales, aprovecha las conexiones de su vida carcelaria para cumplir con las demandas del líder y al mismo tiempo llevar adelante un negocio personal que le es prohibido. Poco a poco se va a armando de dinero, de una familia que surge a consecuencia de la enfermedad terminal de uno de sus amigos y de valor para gestar sus propios códigos en un ambiente en el que todo parece establecido.

Su vida paralela no le impide cuidar los detalles, incluso sigue preparando café a su líder como cuando recién se incorporó a la mafia. El líder es un hombre grande y opresivo que hace las veces de padre, maestro y defensor. Malik aprovecha todo lo que le es útil mientras va gestando su personalidad adulta. Le crece el pelo, los bigotes, el cuerpo. Se metamorfosea, se adapta, transmuta.

Ya hombre, su jefe le propone el trabajo más riesgoso: matar a quien lo dirige desde afuera. En ese momento Malik consumará la traición. No como venganza sino como un paso más allá.

¿Por qué culposas? Porque el sueño recurrente a veces es invasivo, angustiante.

¿Por qué redentoras? Porque en el momento previo al desenlace el asesinado se presentará ante su asesino proponiéndole el rezo de una plegaria.

Antes de salir de prisión Malik le hará el desplante final a quien fue su líder. Sólo para marcar posiciones. El viejo ya es un hombre derrotado, no tiene séquito ni tratos especiales. Puede ser pateado, como los otros.

Al salir de la cárcel a Malik lo esperan una mujer, un niño y tres coches. Es un final feliz para una película que escapa al común de las películas carcelarias. Se trata de un hombre al que le tocó crecer en un marco distinto. Atípico pero con sus regularidades.

No es una película lenta pero es una película francesa y lleva su propia cadencia. El clima marcado por la oración en el pabellón de los musulmanes. Un venado que se cruza en una ruta nocturna. Reyeb marcando los ritmos narrativos.


¿Film Noir? De ninguna manera, leí este tipo de alusiones en la blogósfera pero, aunque puede tener cierta asociación temática con algunos representantes del género, no hay compatibilidad estética ni estructural con el género.

Jacques Audiard dirige sin excesos y sin clisés. Tahar Rahim y Niels Arestrup no son sólo virtudes del casting sino fantásticos actores.

Ni thriller ni suspense. Es acción medida y decantada.

No es seguro que pase por los cines de nuestro país. Lo más factible es que haga su camino en dvd. No importa cuántos César haya obtenido, a veces los premios no garantizan el marketing y, como sabemos, el entretenimiento no deja de ser una industria quizás más peligrosa que la mafia corsa.

Tout le jour il suait l'obéïssance; très / Intelligent ; pourtant des tics noirs, quelques traits / Semblaient prouver en lui d'âpres hypocrisies. Rimbaud

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